Por Ira Romão, da Agência Mural*
Integrando movimientos de capoeira con cantos, juegos y danza, las clases han transformado la vida de muchas personas
Con adaptaciones de movimientos de capoeira, sincronizada con juegos, danzas y músicas populares ritmadas por el sonido del berimbau, entre otros instrumentos, la Gingoterapia ha movido la vida de ancianos en Perus, región nordeste de la capital paulista, y barrios vecinos. El responsable por esto es Geraldo Sebastião Pinto Sobrinho, conocido como maestro Geraldinho, de 60 años; 39 de ellos dedicados a la capoeira.
Hace unos 8 años, él comenzó a dar clases de capoeira como voluntario para un grupo de 15 personas mayores, en una Unidad Básica de Salud cerca a su gimnasio. Al identificar dificultades en el grupo para ejecutar algunos movimientos, desarrolló alternativas. “Fue cuando creé estos juegos que ellos hacen. Y al mismo tiempo, practican capoeira”, explica el maestro.
Desde entonces, las adaptaciones propuestas atraen cada vez más ancianos. Actualmente, son casi 300 alumnos, divididos en siete grupos. Para realizar las clases, distribuidas de lunes al viernes, además de su gimnasio, Geraldinho utiliza espacios cedidos por iglesias y núcleos dirigidos a la salud del anciano. En total, son seis lugares diferentes: tres de ellos en Perus, un en Morro Doce, en el distrito Anhanguera; otro en Vila Aparecida, en Caieiras y un en Vila Piauí, en el distrito Lapa.
Él mantiene dos de sus clases en su gimnasio, también en Perus. En Vila Piauí, se realiza la clase en un Centro de Convivencia para Mayores. Espacio donde ocurren otras actividades centradas en el bienestar de los ancianos. «Descubrieron la Gingoterapia y me invitaron a hacer un trabajo con ellos allí, una vez por semana. Son dos horas de clase», cuenta.
Más que una actividad física, la Gingoterapia ha promovido la inclusión y transformado la vida de los alumnos. Fue lo que pasó con la jubilada Aparecida de Jesus Pacheco, 67, que desde hace 4 años practica la actividad en Perus. “Yo vivía encerrada. Quien me miraba, pensaba que yo estaba siempre enojada. No sabía lo que era ser feliz”, afirma emocionada.
Debido a su discapacidad auditiva, empeorando gradualmente con el paso de los años, ella apenas salía de casa. Encontró en la Gingoterapia incentivo para relacionarse. Por medio de lectura labial, asiste a las clases y establece vínculos. “Yo empecé a tener mis amistades y a retribuir el cariño que ellas necesitan. Creo que formé mi segunda familia”, concluye.
El ama de casa Odiva da Silva Sabino, 79, que participa desde hace 3 años en las clases en Morro Doce, evidencia la reposición de energías. “Tenemos ganas. Llego en casa, es como si nunca tuviera hecho nada. Estoy ligero, lista para hacer mis tareas del hogar”, afirma.
En la Gingoterapia, así como en la capoeira, los alumnos pasan por graduaciones. Cordones, en forma de collares, simbolizan el nivel de la práctica. Para el futuro, el maestro quiere su legado cada vez mayor y, desde el año pasado, viene impartiendo formación para profesores y maestros de capoeira que desean trabajar con los ancianos.
¡La oportunidad de tener experiencias como esta puede estar más cerca de lo que parece! Pruébalo participando en el Día del Desafío. La campaña tiene lugar todos los años en el último miércoles del mes de mayo. Son más de 3 mil ciudades que participan, en Brasil y en 13 países del continente americano como Argentina, Chile, Cuba, México, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. ¡Conozca más!
*Serie de reportajes producida por Agência Mural de Jornalismo das Periferias, que tiene como objetivo minimizar la falta de información y contribuir para la deconstrucción de estereotipos sobre las periferias de Grande São Paulo.